RiME

RiME es un viaje. Despiertas. ¿Dónde estas? ¿Quién eres? En definitiva, ¿Por qué? Solo quedáis tú y tu voluntad. La voluntad seguir adelante.




La obra bebe del cauce impuesto por Fumito Ueda, tomando nota en cuanto a kinestética y animaciones de sus obras: ICO, Shadow of the Colossus y el reciente The Last Guardian. El efecto que se consigue es uno que ya muchos conoceréis: empatizar con nuestro personaje. El niño que controlamos se siente humano y por lo tanto, la obra también.

A pesar de que su estilo gráfico no es realista consigue sumergirnos en su mundo gracias a los modelados del personaje y todo lo que le rodea, creando un entorno que adapta su paleta de colores e iluminación con gran eficacia, creando escenarios que entran gracilmente por los ojos. Algo que me recordó en gran medida a lo que pudimos encontrarnos en Prince of Persia (2009, Ubisoft) hace ya algunos años.


La historia se apoya y consigue avanzar en base a una serie de puzzles los cuales no pretenden presentar ninguna clase de impedimento al jugador para avanzar. Todos ellos sirven a un único propósito: el sentir el progreso y superación de nuestro protagonista, en resumen, que esto no es un camino de rosas. El juego intenta que te sientas desorientado en algunos puntos del juego, con el objetivo de empequeñecer a nuestro protagonista frente al mundo en el que se encuentra. Es decir, en ningún caso esta es una obra que pretenda hacer sentir al jugador frustrado puesto que en cualquier momento podemos cargar desde el último punto de control y continuar desde antes de habernos perdido por el mapeado. Esto es algo que se aprecia al ver lo que ocurre cuando mueres (o caes desde un punto muy elevado), reapareces desde la última posición antes de que cayeras al vacío. Se antepone el viaje al desafío.

Y a pesar de todo esto, no puedo más que sentirme frustrado tras completar este título. Frustrado por notar que me pierdo algo, frustrado por no reconocer todas las metáforas que lo conforman y que dotan de significado al viaje del protagonista. Tal vez me falte madurez, pero de lo que sí estoy seguro es que necesito que esto me pase más veces.

RiME trata sobre la pérdida, la vida, la esperanza... cada uno de los elementos que componen el viaje tienen un significado al llegar al final de la obra. 

Puede que en última instancia sea un juego más simple de lo que se esperaría, pero lo siento, no le puedo meter palos estando donde estamos. La industria necesita más obras como esta, solo así se consigue que el medio y su público evolucionen.


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